
Los 7 Chakras del cuerpo humano
" LOS SIETE CHAKRAS FUNDAMENTALES. Vórtice es lo que significa en español la palabra sánscrita chakra, y se refiere a siete partes sensibles del cuerpo humano, que durante muchos años y, sobre todo en Occidente, se les puso en duda, como si fueran cosas de magos, brujas, ideas místicas que nada tenían que ver con la realidad, pura invención para engañar a los incautos y para seducir a los ignorantes. La gente que se dedicaba a este tipo de terapias, tanto pacientes como operadores, no merecían la menor consideración por parte de la ciencia médica, y durante milenios fueron perseguidos y hasta quemados en la hoguera.

Hoy en día, y con los avances que ha habido en endocrinología, ya se sabe a ciencia cierta que los chakras existen y que es posible operar con ellos.
- 7° Chakra Coronario - Sahasara: Glándula pineal
- 6° Chakra Tercer Ojo - Ajna: Hipófisis o pituitaria
- 5° Chakra Garganta - Vishuda: Glándula tiroides y paratiroides
- 4° Chakra Corazón - Anahata: Timo
- 3° Chakra Plexo Solar - Manipura: Páncreas
- 2° Chakra Sacro - Svadisthana: Glándulas suprarrenales
- 1° Chakra Raíz Femenino - Muladhara: Ovarios
- 1° Chakra Raíz Masculino - Muladhara: Testículos
La medicina occidental les llama glándulas endocrinas, y observa y estudia sus secreciones hormonales y cómo afectan éstas al organismo.
Todas ellas vibran y están vivas, y, como el resto de los órganos, responden a una serie de estímulos, pero, a diferencia de la medicina ayurveda, la medicina occidental no las considera fuente de energía ni se les toma en cuenta más que en el plano físico, más que en el campo de las hormonas que secretan, como la insulina, los espermatozoides, la dopamina, la adrenalina, etcétera, pero nada más, ya que su relación con el alma y la mente se sigue considerando superchería, creencia sin base, y no ciencia.
- La pineal se encarga de la consciencia.
- La pituitaria regula el crecimiento. La hipófisis regula los estados de ánimo.
- La tiroides, junto a las paratiroideas, regulan la absorción de ciertas sales.
- El timo regula el ritmo cardiaco.
- El páncreas regula y controla la absorción de azúcares.
- Las cápsulas renales desintoxican al organismo y le dan fuerza y energía suplementaria.
- Las gónadas sexuales se encargan de la reproducción humana.

Para la ciencia occidental los estados de ánimo no son cosas del alma, sino reacciones fisicoquímicas que se producen dentro del organismo, y que, por tanto, se pueden copiar, sintetizar y reproducir. Es decir, que los estados de ánimo se pueden inducir desde fuera sin necesidad de que sane el alma.
La música, la compañía, la atención, el amor, la aceptación influyen, pero una droga se puede saltar todas estas variables y hacer que una persona se sienta bien, aunque solo sea de forma pasajera.

No importa si los chakras están desnivelados, bajos de energía o desequilibrados, porque con ciertos medicamentos el paciente se atonta o se siente bien, aunque sus chakras sigan en el caos.
La medicina alópata funciona de la misma manera en muchas de sus ramas: no se cura al enfermo, se le da un sustituto, un paliativo o un tóxico, para que no se sienta del todo mal mientras el cuerpo asimila la enfermedad y supera el proceso.
La misma homeopatía, que fue la pionera de la investigación clínica, farmacológica y preventiva, descubridora de las vacunas, cayó ante la avalancha de drogas sintéticas que no curan, pero que hacen la enfermedad más llevadera.

Es cierto que los seres humanos somos muy repetitivos en muchos aspectos, pero no es menos cierto que todos y cada uno de nosotros somos únicos, especiales e irrepetibles, por lo que cada paciente merece un tratamiento específico para su personalidad y para su persona, y no un genérico que funciona en la mayoría de los casos, rápido, cómodo y aparentemente barato.
Si una pastilla cada cuatro horas es suficiente, para qué tener en cuenta al cuerpo, la mente y el alma, para qué disciplinarse y comer bien, para qué esforzarse y hacer lo correcto. Una píldora lo soluciona todo, y, si no lo soluciona, por lo menos aleja los síntomas, el dolor y el malestar, sin importar la resaca y los efectos secundarios, de los cuales ya se encargará otra pastilla.
Tal parece que la ciencia avanza y la conciencia retrocede, y no importa que los chakras, bajo el nombre de glándulas endocrinas, sean estudiados y reconocidos, lo que parece importar es que se consigan pastillas milagrosas que lo curen casi todo, o por lo menos que ahuyenten al sufrimiento.


¿Prevenir o Curar?
Cuando se tiene tan cerrado el tercer ojo como lo tenemos hoy en día, no podemos ver más allá de nuestras narices, y entonces es normal que, en lugar de mantenernos sanos, esperemos con los brazos abiertos a cualquier enfermedad, para que, una vez enfermos, corramos al experto de turno, ese médico sabio de bata blanca, para que nos cure, es decir, para que nos dé el remedio en forma de pastilla de efectos rápidos, y cada vez menos barata.
Mientras en Oriente los ancianos están meditando, haciendo yoga o practicando Tai-Chi, en Occidente los ancianos están en las farmacias haciendo cola con la receta en mano para que les den drogas que tumbarían a un caballo. Los primeros están fuertes y sanos; los segundos son un saco de enfermedades y males.